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césped artificial

Foto: Pexels.com

Un césped natural cuidado, siempre verde y casi sin mantenimiento es un sueño. Es por ello que el césped artificial ha ganado terreno en la decoración.  Aunque puede representar un gasto inicial elevado, su perdurabilidad y belleza perenne bien lo vale. Elegir marcas reconocidas y una instalación profesional garantizará un resultado eficaz.

Compuesto de fibra plástica, el césped artificial tiene la apariencia del natural. Estas fibras van cosidas a una base de poliuretano o látex que suele ser de color negro. Hay diversos tamaños de hebras y mientras más largas más naturales se verán.  En el mercado se hallan tamaños de 6/8 milímetros a 35/40 milímetros. Del largo dependerá el confort de la pisada. Se encuentra en formato de baldosas o en rollos.

La ventaja principal del césped artificial es su resistencia al clima y al paso del tiempo. En las regiones con cambios meteorológicos frecuentes, climas áridos y heladas extremas, resulta práctico y hasta necesario. Hay modelos resistentes a los rayos ultravioleta y amables con el ambiente. No se decoloran y son resistentes al cloro, por lo que resulta conveniente colocarlos en el área de la piscina.

césped artificial

Foto: Pexels.com

Al ser artificial es mucho el ahorro que aporta. No requiere riego, abonos, fertilizantes, herbicidas, podadora u otros productos o herramientas para su mantenimiento. Las marcas de calidad ofrecen céspedes antifungicidas y antialérgicos. Es hermoso a la vista (los de tonos menos intensos se ven más naturales) e incluso al tacto. Sin embargo, nunca será igual a la frescura y suavidad que se siente al pisar hierba natural. También, hay que olvidarse del agradable aroma a tierra y hierba recién cortada.

Otro beneficio del césped artificial es su sencilla instalación. Puede colocarse sobre casi cualquier superficie, incluidas las interiores (baldosas, hormigón, cemento, cerámicos).  Muchas guarderías, hoteles y restaurantes recurren a este producto para sus patios internos, terrazas o áreas especiales que recrean la naturaleza. Incluso, algunos apuestan a estas “moquetas” para tapizar paredes.

Foto: Pixabay.com

Entre las desventajas se encuentra el precio. Suelen ser costosos, más si se desea uno duradero, de excelente calidad y con protección extra. Sin embargo, empresas del ramo señalan que solo se trata de la inversión inicial. El bajo costo del mantenimiento a largo plazo es mínimo en comparación con la alternativa natural. Los cuidados solo incluyen un cepillado habitual y lavarlo de vez en cuando con agua y bactericida (en especial si se tienen mascotas).